Las enfermeras como personas influyentes: extendiendo el profesionalismo al mundo de las redes sociales
Casi la mitad de la población mundial utiliza las redes sociales de una forma u otra, lo que ha provocado un aumento de quienes producen contenidos personales aportando su propio punto de vista. Las enfermeras se están volviendo más activas en el mundo de las redes sociales como personas influyentes; algunos son vistos como profesionales confiables que pueden proporcionar antídotos contra la información médica errónea, mientras que otros son vistos como puramente entretenidos. Sinceramente, las enfermeras pueden ser a la vez informativas y entretenidas; sin embargo, debemos recordar que las enfermeras son una de las profesiones más confiables del mundo y debemos seguir siendo profesionales en este rol relativamente nuevo.
Los beneficios de las enfermeras como influyentes en las redes sociales
Tener una audiencia de seguidores en las redes sociales tiene muchos beneficios, pero también existen algunas precauciones. Nuestro profesionalismo puede demostrarse mediante la integridad, la educación y la difusión del conocimiento, así como la corrección de la información errónea. Las personas influyentes pueden verse como una fuente de información precisa para el público y otras enfermeras. Las redes sociales pueden cerrar algunas brechas, evadir algunas barreras convencionales que están presentes en la información sanitaria y llegar a colegas que tal vez no tengan la red más sólida.
El papel de las enfermeras como influyentes sociales también puede combatir la desinformación médica con educación basada en evidencia que puede dirigirse a otras enfermeras o al público en general. Las redes sociales mueven información a un ritmo rápido, y las imágenes y los datos se vuelven virales en cuestión de horas. Esto puede ser una ventaja para nosotros como enfermeras, pero también tiene desventajas.
Las precauciones de las enfermeras como personas influyentes en las redes sociales
La alta visibilidad asociada a las redes sociales también significa que las enfermeras influyentes deben comprender que su audiencia probablemente no se limite a los proveedores de atención médica, sino también a personas no profesionales que pueden malinterpretar cosas como la sátira, que puede ser una forma de desinformación. Otros comportamientos no profesionales, como el acoso y la confusión de los límites profesionales en la presentación, pueden restar valor a los beneficios positivos de las enfermeras a domicilio como personas influyentes. Estos comportamientos pueden resultar en pérdida de credibilidad e incluso consecuencias legales/disciplinarias. Además, existe una cierta responsabilidad ética (y legal) de garantizar que se proporcione información médica precisa al público.
Un ejemplo de esto es una denuncia presentada en octubre de 2022 sobre una enfermera practicante de California con un título de Doctora en Práctica de Enfermería (DNP) que se refirió a sí misma como “Dra. Sarah” en las redes sociales, pero no siempre dejó claro que era una enfermera registrada de práctica avanzada y no una médica. Le han impuesto una multa de 19.750 dólares por la ambigüedad y la violación del Código de Profesiones y Negocios del Estado de California (libro, 2022).
Siga la política de redes sociales de su institución
Muchos sistemas de salud tienen políticas estrictas en materia de redes sociales para proteger sus intereses y la privacidad de los pacientes. Algunos ejemplos de restricciones comunes incluyen excluir el nombre del centro donde trabaja la enfermera, ocultar/quitar tarjetas de identificación con marcas familiares, prohibir fotografías dentro de las instalaciones e identificar a los empleadores de las enfermeras dentro de los perfiles. Obviamente, la discusión de incidentes confidenciales o información de salud protegida de acuerdo con la Ley de Responsabilidad y Portabilidad del Seguro Médico (HIPAA) probablemente tendría consecuencias civiles y legales. La información de salud protegida (PHI) es cualquier información que sea lo suficientemente específica de un caso como para que el paciente pueda ser identificado, como el caso de una enfermera pediátrica de la UCI/ER del Texas Children’s Hospital que publicó varios comentarios sobre un caso poco común de sarampión. A través de la información en su perfil que la identificaba a ella, su empleador y su puesto en el hospital, combinado con la rareza de la enfermedad, esta paciente era potencialmente identificable. El Texas Children’s Hospital suspendió y despidió a la enfermera por una infracción de HIPAA cuatro días después (Alder, 2018).